Omar Vizquel tendrá un adiós estelar
(Créditos: Reuters)
Alfredo Villasmil Franceschi.- ¿Quién se iba a imaginar que aquel muchachito que cautivó a todos en 1978 en el Mundial de Criollitos iba a ser el mismo que años después haría delirar a multitudes en la meca del beisbol con aquellas jugadas llenas de magia? El rey del birlibirloque, la personificación del cinetismo en la franja ancha, el guante excelso de su generación. Así podemos definir a Omar Vizquel. 

Él, poco a poco, fue aprendiendo a batear. Al comienzo le costó un mundo superar este escollo, pero aquellos lances eran tan trascendentales que gracias a su fildeo se mantuvo... hasta que lo consiguió.

El pasado 19 de septiembre superó a Babe Ruth en la lista de hits de todos los tiempos. Así mismo, el "enano" que no bateaba se irá la semana entrante del beisbol con al menos dos mil 874 indiscutibles en su alforja, muchos más que los conectados por el mítico pelotero de los Yanquis. Con constancia, esfuerzo y disciplina, Vizquel les demostró que todos se equivocaron, que sí sabía y podía darle bien a la pelota.

Una temporada de .333 de average (1999), aunados a un promedio vitalicio de .272, se funden con un OBP de por vida de .336 más el mejor promedio de fildeo entre los campocortos (.985). Son algunos de sus pergaminos escritos en el bronce de los que luego, cuando el tiempo lo establezca, entran a formar parte de ese Olimpo, ese Paraíso terrestre de este juego, donde los animales galácticos reposan para siempre: Cooperstown, ciudad donde se asienta el Salón de la Fama.

Al final han sido 24 temporadas. El miércoles 3 de octubre colgará los ganchos, dirá adiós, a pesar de él. Este caraqueño, nacido en la Sultana del Ávila el 24 de abril de 1967, a pesar de su empeño no pudo derrotar a ese monarca inescrutable que se cierne sobre cada uno de los seres humanos cuando inician el tránsito por esta existencia efímera, el tiempo. Dice adiós y deja tras de sí la senda que algunos osarán transitar. El problema es que aquéllos no fenezcan en el intento.

La cantidad de indiscutibles de Vizquel es sólo el adorno final, el colofón dorado, de unos pergaminos escritos con el precioso metal. Tras de sí hay 11 Guantes de Oro, tres Juegos de Estrellas, el récord de más dobles matanzas realizadas como ductor de la franja ancha (1.734), participación en dos Series Mundiales (1995, 1997), así como más de cuatro mil outs realizados (4.099).

¿Qué falta por mencionar? Todo lo que se aplica y exige en la teoría de este juego para la dura posición de las paradas cortas, desde el punto de vista defensivo, se conjugó en la persona de Omar Vizquel entre 1989 y este año. Aún a sus 45 años pudo tomar el guante y reencontrarse con esa posición de sus amores. El 18 de julio del presente año fue cuando dialogó por última vez con el puesto seis, con ese sector que tanta fama y gloria le produjo.

Quizá ahora, cuando se acerca el final y sólo restan pocos días para el fin de su brillante carrera, los Azulejos de Toronto quieran darle el 3 de octubre, contra Minnesota, una última oportunidad de estar en el lugar donde se hizo grande.