Un mirador entre las montañas que te invita a la paz
Por Vanessa González (Ciudad VLC): Excusas no hay para quedarse en casa, y menos cuando hablamos del Fortín Solano, ubicado en el municipio Puerto Cabello, dentro del Parque Nacional San Esteban. Esta fortificación colonial fue la última levantada en el país por los españoles y hoy es concebido como Monumento Histórico Nacional, según Gaceta Oficial N° 27.876 del 29 de octubre de 1965.
A 500 metros de altura aproximadamente se encuentra el mirador situado en el cerro El Vigía, cuya cresta permite divisar los cuatro puntos cardinales, y fue erigido para proteger a las ciudades de Puerto Cabello y Valencia de los ataques navales piratas.
De acuerdo a la información suministrada por la Alcaldía de esa jurisdicción, el Fortín sirvió durante los hechos acontecidos durante el Bloqueo Naval a Venezuela en 1902, cuando arribaron dos embarcaciones, de bandera inglesa y alemana, que atacaron a cañonazos la fortificación.
Sesenta años después sufrió un bombardeo aéreo con cohetes y ametralladoras debido a los sublevados atrincherados en la fortaleza, durante el levantamiento militar conocido como “El Porteñazo”. El Fortín se convirtió así, según algunas versiones, en el último reducto de los insurrectos.
Su construcción data de 1766, por órdenes del entonces gobernador y capitán general de Venezuela, Don José Solano y Bote. Hay quienes dicen que en esta fortificación existía un túnel que atravesaba la ciudad hasta la entrada de la parroquia porteña de Borburata. Para su edificación se utilizaron piedras de canteras y la mano de obra de los esclavos de La Guaira y del Castillo Libertador.
Rescatado en 2012
Pasaron muchos años en el que el Mirador del Fortín Solano permaneció abandonado, por lo que el Instituto Nacional de Parques (Inparques), en la protección, guardia y custodia; y el Instituto Municipal Autónomo de Turismo (Imatur), en la administración del monumento, rescataron este monumento de interés turístico y reabrieron sus puertas al público el 9 de mayo de 2012.
La recuperación implicó electrificación, instalación de tuberías de aguas blancas, paisajismo y ornamento y adecuación de dos bóvedas en las que ahora funcionan una tienda de souvenires y una librería cultural.
También se habilitó una fuente de soda, así como un mirador con binoculares, y se acondicionó un salón de usos múltiples; además cuenta con personal capacitado para brindar guiaturas e información turística, un restaurant, un local de dulcería criolla, kioskos varios, baños y estacionamiento.
Por otra parte, brinda hermosas caminerías y plazas para el encuentro familiar, la recreación y el sano esparcimiento de sus asiduos visitantes. Asimismo cuenta con una exhibición de ropa colonial y balas de cañón de aquellos tiempos, complementados con breves reseñas en las paredes, para los amantes de la historia, así como fotografías.
Si tiene chamos, llévelos para que conozcan una parte importante de la historia del país que guarda este espacio porteño, el cual brinda una panorámica de 360° de Puerto Cabello, además es ideal para disfrutar de una hermosa puesta del sol.
Y recuerde cuidar sus instalaciones mientras admira la belleza natural que desde esta altura imponente se puede apreciar.
Disfruta del Fortín
A éste interesante estructura podrás acceder de martes a domingo, a partir de las 9:00 am hasta las 6:00 pm. Para quienes se trasladan en vehículo particular deben tomar la autopista La Sorpresa-Muelles de esa jurisdicción y doblar en la entrada de Tejerías, que conduce a la subida del pueblo de San Esteban, donde está ubicado el fuerte militar.
A las familias, amigos y parejas que tienen que optar por el transporte público, una vez que lleguen al Terminal de Puerto Cabello, deberán tomar un autobús con destino a San Esteban (pregunten por el que se dirige al poblado), el cual los dejará donde inicia el cerro.
Desde 1955 en el Elorza aflora las tradiciones de este pueblo ancestral que guarda sus semblanzas en las históricas corridas y sus acostumbrados bailes que se realizan todos los años. Sirve de escenario para el intercambio de cultura entre colombianos y venezolanos que con su canto unen esta tierra.
Las calles se llenan de sabor y aroma con sus típicas carnes en vara, pisillo de chigüire, babo, pabellón criollo, picadillo de res y el exquisito cochino. No puede faltar la dulcería criolla como el dulce de lechoza, jalea de mango, el arroz con leche.
El Vigía, desde donde tendrán que subir a pie. Esto es muy adecuado para quienes hacen ejercicio o prefieren llegar al Fortín caminando, mientras disfrutan de la brisa y la vista de la ciudad.
Se recomienda esta caminata en grupo, y si es grande mejor, por seguridad, ya que el lugar es muy solitario. Se recomienda también ir pendiente de los niños, pues hay zonas sin barandas.
Texto: Yamel Velasco
El Color de Ravelo en Fuga
Bajo el proyecto “Arte en el Parque” implementado por el Instituto Nacional de Parques (Inparques), se inauguró el 19 de septiembre del 2015, el segundo mural de cinetismo geométrico bautizado como “El Color de Ravelo en Fuga”. Los patios ornamentales del parque Generalísimo Francisco de Miranda, en el municipio Sucre, en Caracas, fueron embellecidos con esta magnífica obra realizada por el Colectivo Fuga Muralista en honor al Maestro Juvenal Ravelo.
El cinetismo geométrico es una tendencia de la pintura contemporánea, que hace referencia a aquellas obras creadas para producir la impresión o ilusión de movimiento.
El mural de 50 metros de largo es una desintegración de una de las obras del maestro Ravelo, llamada Fragmentación de la luz que está inspirada en los colores de las guacamayas, aves representativas del lugar y de los diablos danzantes. De esta manera la obra se muestra como un homenaje a varios elementos de la venezolanidad.
Para el maestro Ravelo, el proyecto de Inparque, brinda a la población la oportunidad de disfrutar el arte bajo el cielo caraqueño. Además fomenta la integración de los ciudadanos a llenar los espacios comunes de color y vida.
En este sentido, el artista expresa que "El arte en sí se hace indispensable en un momento en el que se educa el pueblo con la visión integradora, para dotarlo con características de asertividad, capacidad e inteligencia", agregó.
El primer mural de este bello plan se encuentra en el Parque Recreacional Ali Primera, ubicado en la populosa parroquia Sucre en el Distrito Capital.