Foto: archivo
Sin votos (todavía)
Yvke Mundial / Alfredo Oliva

Con su cuerpo de odio, su cara de odio, sus gestos de odio, manoteo cortando el espacio con odio: imputaba, gritaba, trataba de intimidar, gesticulaba y respiraba para dar la impresión de seguridad…

Aquel hombre gesticulaba como los viejos “guapos y apoyaos” cabilleros de acción democrática, sus gestos, su ira, evocaban las imágenes de otrora subiendo al podium de la Asamblea Nacional para agredir -o intentar hacerlo- al camarada Fernando Soto Rojas.

Cada vez que habla, nos preguntamos. ¿Donde esconde, cual será la marca y qué tipo de batería acumula tanto odio?

Son varios los diputados de oposición quienes emanan negación y odio, son incapaces de mostrar una sonrisa, un gesto de aprobación o de humildad, se asemejan –son- como aquella película de James Cameron estrenada en 1984, The Terminator, una Marquina sin corazón, sin humor y creatividad.

Mientras Marquina despachaba su odio entre gestos y palabras me vino aquella escena de la película The Terminator, cuando la máquina y un cyborg se infiltran en los refugios de humanos…

Justamente cuando Marquina se encontraba más exaltado, dirigiéndose a Aristóbulo Istúriz, sentenció con sus proféticas palabras:

“…nunca vas a tener la posibilidad de callarme, porque en este escenario o cualquier lado, la voz mía y la voz de los electores que me dieron el mandato, se va a escuchar; como se van a escuchar también las voces de los venezolanos, que están cansados de tanta arrogancia, de tanta soberbia y de tanto atropello, el 07 de octubre cuando salgan masivamente a votar por Hugo Rafael Chávez…”

En ese momento se oyó -entre risas y aplausos- “Púyalo Camarada Marquina”.

Las palabras del Camarada Marquina dividían en ese instante la historia de la Asamblea Nacional; el inconsciente del Camarada Marquina lo haría inmortal, como lo hizo en su época, Atanasio con su famoso peo, conocido como: “el peo de Atanasio”.

El salto de talanquera del camarada Marquina duró segundos, porque observar a su alrededor tantos aplausos, y cómo se desbordaba la alegría, el amor y el humor en la bancada Chavista, lo hicieron percatarse que él pertenece al odio.

La historia de Venezuela (siglos XX y XXI), tendrá como punto de referencia el antes y el después de que el camarada Marquina profetizara el triunfo extraordinario del Presidente Hugo Rafael Chávez.

Con los años alguien podrá preguntar: La canción “no me vas a provocar” inspirada en las mentiras de Ramos Allup ¿Fue antes o después del camarada Marquina?