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La más superficial mirada planetaria nos dice que quienes viven en países donde reina el capitalismo salvaje: USA, España, Portugal, Italia y Grecia, por citar los más notables en los últimos tiempos, se encuentran en terapia intensiva.
El neoliberalismo, en dos décadas, acabó con las economías productivas, las reemplazó por “burbujas de felicidad transitoria”, que al pincharse dejaron en descubierto la estafa más grande e inteligente de todos los tiempos: los bancos y la elite gobernante se quedaron con todo el esfuerzo de sus pueblos, sometiéndolos a la miseria, la desesperación por el desempleo y a la pérdida de todos sus ahorros.
Una maniobra escalofriante en donde lo único que primó fue el interés de unos pocos, por encima de la colectividad. Atropellaron a todos. Quebraron industrias, comercios y profesionales. Les quitaron el techo a más de un millón de familias que apostaron todo a créditos que, supuestamente, tenían buenas intenciones.
Bush le dejó el mono de los bancos a Obama. Lógicamente, Obama se hizo cargo y, en vez de ayudar a los damnificados, les dio 900 mil millones de dólares a los estafadores banqueros. Todo sigue mal.
En Europa, lo mismo, unos 800 mil millones de Euros piden para salvar el sistema financiero en Grecia, España, Italia y Portugal. La misma receta del FMI y el Banco Mundial. “Salvar los bancos”. Proteger a los delincuentes de cuello blanco, en vez de fundar bancos nacionales nuevos.
Frente a este cuadro está el socialismo humanista del siglo 21, de nuestra revolución anhelada. Un proceso de apenas una década, que se repuso del más increíble atentado público contra un país como lo fue el paro petrolero; y en el que los planes sociales abarcan al conjunto de la sociedad, a partir de los que menos tienen: Educación, para capacitar y aprender a producir como emprendedores o buenos servidores públicos; vivienda y tierra para los que la necesiten; deporte y salud, sin restricciones; fortalecimiento y cuidado de las riquezas naturales y materiales de la República; y finalmente leyes básicas que derrumben la esclavitud neoliberal a que fueron sometidos nuestros trabajadores, artesanos y productores del campo y la ciudad. La reciente LOTTT es un ejemplo de que mejor que decir es hacer.
Queda claro, entonces, que el 7 de octubre las opciones son Humanismo- Chávez o retroceso- el derechista. Que nadie se equivoque.


¡Un fuerte abrazo y VIVA LA PATRIA PARA TODOS!
Dante Rivas