Narkys Blanco.- Desfiguración del cuerpo, alteración psicológica y la muerte ocasionada por la aplicación de biopolímeros y cirugías estéticas no controladas no atemoriza a algunas mujeres, para quienes el culto a la belleza predomina sobre la salud. 

Según testimonios de las afectadas e investigaciones médicas y periodísticas entre los años 2013 y 2014, al menos 10 mujeres fallecieron por la introducción de biopolímeros o durante complicaciones producto de una operación estética.

El Estado venezolano le dio especial importancia a ese tema, por lo que estableció la prohibición del uso de sustancias de relleno con fines estéticos, que se aprobó en 2012 y que apareció en la Gaceta Oficial Nº 40.065, luego de conocerse de al menos 15 casos entre 2011 y 2012 de muertes por la aplicación de biopolímeros en lugares clandestinos. 

Pero los casos continúan. En mayo de este año falleció en el estado Zulia Angy Ramírez Prieto, de 26 años, de un paro cardíaco tras presentar una infección grave causada por la inyección de biopolímeros en los glúteos.

No se habla de esos casos sino cuando ocurre un fallecimiento, como el de un transexual de 22 años de edad que murió a comienzos de año en el hospital Pérez Carreño luego de que una amiga le inyectara biopolímeros.

En el caso de las cirugías, estas son reguladas éticamente por el Colegio de Médicos. Sin embargo, hay que asegurarse de que el lugar elegido esté permisado para realizarlas.

Hace un mes murió una mujer de 31 años a consecuencia de una liposucción. A pesar de que la paciente notificó su alergia a los calmantes, le fueron aplicados, dijo el esposo de la infortunada, Hilda Celv.

La presidenta de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, magistrada Ninoska Queipo, también falleció luego de una intervención que la dejó en terapia intensiva varios días.

Esos casos son conocidos porque son denunciados ante el Ministerio Público; pero otros que no llegan a la muerte quedan en silencio, como el de Nayarit Aponte. “Yo me puse prótesis en los glúteos y se empezaron a bajar por las piernas. Fui a una clínica y me las retiraron, pero quedé mal psicológicamente, ahora me siento más fea. No logro sentirme mejor”, asevera. 

TESTIMONIOS

Coromoto Alvarado “Me hice un tratamiento adelgazante en un centro médico de Sabana Grande a base de sueros y eso me aceleró el metabolismo. Luego de que lo terminé, quedé sufriendo de convulsiones y tuve una alteración hormonal. Hay que aceptarse como uno es y no aplicarse nada”.

Deyanira Ramírez “Mi prima murió en una clínica privada poniéndose prótesis en los senos. Los médicos aseguraron que fue por un paro respiratorio, pero nosotros sabemos que hay algo más porque había mucho nerviosismo por parte de los doctores y ella estaba aparentemente sana. Las mujeres no pueden seguir muriendo por eso”.


SÍ HAY PENAS POR MALA PRAXIS

“Los casos de muertes durante el proceso de la cirugía estética son resueltos la mayoría de las veces, pues se hace una investigación profunda de las causas”, afirma el abogado penalista Jimmy Centeno.

Asegura que normalmente esas denuncias terminan siendo calificadas, luego de la investigación, como homicidio culposo.

“Ningún médico va a tener la intención de matar a nadie, sin embargo ha pasado y es ahí donde se determinan las responsabilidades”, dice.

Agrega que si una persona muere a consecuencia de una operación estética, la familia se dirige de inmediato al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) para hacer la denuncia e iniciar una investigación.

“La gente no siempre queda conforme con la explicación de los médicos y es donde las autoridades actúan, se hace la autopsia de ley y la Fiscalía inicia las averiguaciones para determinar la culpabilidad”.

Aclara que los homicidios cometidos por imprudencia médica o descuido son calificados como culposos y, en esos casos, el juez puede dictar una medida privativa de libertad contra el galeno.

LA BAJA AUTOESTIMA ES LA RESPONSABLE

Para los especialistas en psicología, las personas que deciden hacerse ese tipo de operaciones presentan, por lo general, una baja autoestima.

“Son personas que no están conformes con su imagen y desarrollan la baja autoestima corporal, que se determina cuando la visión que una mujer u hombre tienen de sí mismos no los satisface. Además de esto, son bombardeados por la publicidad y el culto al cuerpo”, explica el psicólogo Luis Merchán.

Agrega que ahí se aplica también un trastorno dismórfico: la distorsión de la imagen. “Se ven gordas, feas, etc., y a pesar de que hay reportes de muertes la gente dice: ‘A mí no me va a pasar’”, asevera.

Afirma que el bombardeo publicitario transforma la percepción de aquellas personas que nunca se han aceptado y que sufren en muchos casos de trastornos de alimentación: “A veces no es necesario operarse, con un dieta es suficiente, pero los medios de comunicación te venden lo más rápido y lo más costoso: las cirugías”.

Redes sociales te exponen. Leonardo Hernández, psicólogo clínico, coincide con esto y agrega que las redes sociales aportan mucho al tema, pero de forma negativa. “Un ejemplo es el Instagram, eso es una red social de exposición donde la gente se toma fotos para exhibirse y esto pasa sobre todo con los adolescentes. Entonces, la gente se valora según el número de veces que otro le dé ‘me gusta’ a la imagen”, comenta.

Agrega que es una autoaprobación: “Le dan más importancia a lo que los demás dicen de ellos, y esto es preocupante porque se desarrolla el locus de control externo, que es un rasgo de la personalidad donde el sujeto se caracteriza por atribuir méritos y responsabilidades de apariencia principalmente a otras personas”.

Agrega que los traumas que tienen algunas personas desde pequeñas son otro factor: “Esta práctica de operarse no es inconsciente, ellas saben que les puede hacer daño pero igual lo hacen. Las consecuencias de una mala praxis no son más fuertes que las ganas de acudir a la cirugía”.

Ambos aseguran que hay información limitada y eso cambia el comportamiento de las personas porque vale más correr el riesgo que tener la certeza de saber si de verdad han muerto personas por eso o no.

Recomiendan que la información sobre los peligros que se corren en las cirugías estéticas sea presentada a través de programas donde se muestre previamente todo el proceso.

LOS MEDIOS VENDEN LO QUE SEA
“La imagen es lo que vende, sea real o no”, afirma la publicista Joshua Bazan.

“La publicidad consiste en vender; sea malo o bueno el producto, hay que venderlo. Muchas veces por ignorancia, la gente no sabe que lo que ve no es real, porque tiene Photoshop (programa de diseño que sirve para mejorar la imagen), pero ahí es donde cada quien debe asumir según su personalidad las consecuencias y riesgos de creer en algo”, dice.

La especialista considera que, en Venezuela particularmente, las mujeres son conocidas como las más bellas del mundo, razón por la que la influencia de la publicidad es mucho mayor: “El querer mantener ese patrón de belleza hace que tengan siempre la necesidad de verse mejor a cuesta de lo que sea, incluso sin importar practicarse una operación tras otra”.

De voz a voz. En la rama publicitaria, los profesionales venden el producto que pida el cliente. “En el caso de las cirugías, la mayoría de los retoques estéticos se convierten en un recorrido de voz a voz, no es necesario que se haga mucha publicidad, basta con que se publique algo y se convierte en moda”, explica Bazan.

Resalta que, al igual que las mujeres, los hombres son “compradores de belleza” en la búsqueda de la perfección.


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