Bravo por Jennifer López. Por fin una gran grandísima estrella reconoce lo que todas sabemos pero casi ninguna quiere confesar: que un cuerpo como el suyo, perfecto a todas luces, se logra y se mantiene gracias a una dieta estricta y un entrenamiento exigente en el gimnasio. La cantante le ha contado a la revista 'USWeekly' lo que come y lo que no para estar en forma, aunque una regla de oro prevalece sobre todas: jamás, jamás, jamás toma comida procesada o industrial. Todos sus alimentos son orgánicos.
Una típica comida en casa de Jlo incluye salmón y una ensalada solo de verduras. Su favorita lleva brócoli, pimiento y calabacín, aliñada con vinagreta, y también la de col rizada, trocitos de queso y pipas de calabaza tostadas. Para cenar, más proteína, probablemente pollo, y algo de cereal, por ejemplo quinoa, o un boniato asado. Todo fácil y sencillo, con la regla de no escamotear la proteína de cada comida. Jamás toma café, alcohol ni fuma, y huye del sol si no lleva protector pantalla total.
Otra regla de estricto cumplimiento es la de no picar nada entre horas. Si acaso, una pieza de fruta o algo de verdura cruda que, si está fuera de casa, suele llevar en el bolso. Lo que sea con tal de no ceder a la tentación de comprar algo inconveniente. Eso sí: cuando quiere darse un premio, se tira a por el helado y las galletas de chocolate. Lo compensa con mucho trabajo duro con sus dos entrenadoras personales, una en Los Ángeles y otro en Nueva York. Así se asegura de que el entrenamiento, que no baja de tres horas, es siempre distinto.