Dante Rivas | ne.danterivas@gmail.com

Hace una semana nuestro Presidente le dijo a José Vicente Rangel: “La falta de eficiencia en lo rutinario, en lo diario, eso conforma un gran error que muchas veces ha puesto en peligro las políticas del Gobierno, las políticas sociales, económicas, la atención a los problemas del pueblo”.

Indudablemente una autocrítica fuerte que está dirigida fundamentalmente a quienes tenemos altas responsabilidades de gestión. En mi caso en el Saime. Invitó el Comandante a aplicar de verdad las 3R: Revisar, Rectificar y Reimpulsar. Nuestro estilo de gerencia pública solidaria se sustenta en esos tres verbos que conjugamos todos los días, con los buenos resultados por todos conocidos.

Tenemos claro que todo grupo productivo, de cualquier especie, requiere un sólido trabajo en equipo para alcanzar objetivos y metas propuestas.

Hoy no basta con un jefe y un grupo de individuos que actúen individualmente. Es necesario UN EQUIPO. Dirigido por un líder que sepa maximizar el rendimiento total, y potenciar el desempeño de sus miembros. El viernes concluimos un Taller de Capacitación de nuestro talento humano, nivel Jefes de todo el país, justamente para responder rápido al pedido presidencial a fin de aumentar nuestra eficiencia en búsqueda de la excelencia.

Estamos cambiando al Jefe Capataz, propio del siglo pasado, por el Jefe Dinámico, Motivador, que pueda convertir a un grupo de individuos en un equipo de humanos con talento.

Seguramente desde mañana tendremos un Saime repotenciado en sus cuadros directrices, sabiendo que el objetivo es estar más cerca de la gente. Ser más solidarios hacia adentro y hacia afuera de la organización.
Hacer carne y alma el significado de defender a carta cabal las enormes mejoras alcanzadas en esta materia tan delicada de otorgar y custodiar la identidad de todos los habitantes.

El ciudadano-usuario es el destinatario de todos nuestros esfuerzos humanos y tecnológicos. No se acepta fallar en la atención. Hemos humanizado al Saime al tornarlo sencillo, seguro y sin intermediarios parasitarios en todos los trámites. Eso es lo que tanto valora el público en general y la prensa lo destaca ante cualquier comparación con funcionamientos de los años ´90.

Sin duda la Vinotinto graficó en Argentina todo lo bueno que tiene trabajar en equipo. Hacer real el “todos para uno, uno para todos”. El poder ver en vivo y en directo que todos son necesarios pero nadie es indispensable. Que si se asignan bien los roles y hay un conductor, siempre se llega a buen puerto.

Estamos felices de desarrollar exitosamente un propio estilo de liderazgo que motiva e involucra, con una comunicación centrada en la ética de la solidaridad y el amor al usuario.
Sin dudas seguiremos por ese camino, siempre aplicando las 3R.