Dante Rivas | ne.danterivas@gmail.com

Mientras los centros financieros más representativos del capitalismo: Nueva Cork y Londres, estallaban en mil pedazos, Venezuela tomaba la precaución lógica y soberana de rescatar sus mil millones en activos en oro depositados en bancos
extranjeros.

El rescate es completo: todo el oro venezolano reposará, bien custodiado, en los cofres del Banco Central en la capital.
La operación está en pleno desarrollo. La saludamos y apoyamos contundentemente, consecuentes con nuestras ideas de nacionalismo en todas las expresiones del Estado.

Nuestro oro forma parte del respaldo de la moneda de todos los venezolanos y no debemos dejarlo en manos de los banqueros que han demostrado una total irresponsabilidad, poniendo en situación de quiebra a Estados Unidos y Europa.
¿Qué debíamos esperar? ¿Que de repente nos dijeran “el oro desapareció”. “Su oro fue robado por los ahorristas que estafamos”? En nuestro país hay muchas familias arruinadas por haber confiado en un “mago banquero” yanqui (Bernard Lawrence “Bernie” Madoff) que al final acabó preso y todos sus clientes estafados. Los 50 mil millones de dólares que le entregaron se hicieron humo. Esto está publicado y todos lo saben.

¿Qué es lo objetable de esta saludable medida? Absolutamente nada. Al contrario, hay que aplaudir a los colaboradores del Jefe del Estado quienes, siguiendo con lupa la evolución de la nueva tremenda crisis anunciada del capitalismo salvaje, con serenidad y solvencia prepararon una reingeniería de la estrategia financiera internacional de nuestra amada patria, fortaleciéndola. Claro, los defensores autóctonos de la Patria Financiera extranjera chillaron con argumentos lamentables, sin la menor consideración o respeto. Dieron pena ajena y, obviamente, no encontraron la menor adhesión profesional entre los economistas del continente. Al contrario, muchos líderes sociales de la Patria Grande envidiaron que la firme actitud de Caracas no fuera imitada por sus gobiernos.

Dentro de la Constitución todo.
En definitiva, el Ejecutivo está cumpliendo con el artículo 318 de la Constitución Nacional que establece que “Las competencias monetarias del Poder Nacional serán ejercidas de manera exclusiva y obligatoria por el Banco Central de Venezuela. El objeto fundamental del Banco Central de Venezuela es lograr la estabilidad de precios y preservar el valor interno y externo de la unidad monetaria.

Para el adecuado cumplimiento de su objetivo, el Banco Central de Venezuela tendrá entre sus funciones las de formular y ejecutar la política monetaria, participar en el diseño y ejecutar la política cambiaria, regular la moneda, el crédito y las tasas de interés, administrar las reservas internacionales, y todas aquellas que establezca la ley”.
Está subrayado. Está claro. Era lo que había que hacer, y se hizo, en tiempo y forma.

Así es que se hace soberanía.