Aunque se quiso recuperar este balneario del municipio Díaz con la construcción de espigones, el mar se abrió paso hasta la costa y tomó la franja costera de un segmento de la que ahora es una playa artificial con poco tiempo de vida. Mintur culpa al turismo depredador.

KARLA MARVAL ESTEVES

El agua se va acercando más y más. La marea alta amenaza con disminuir las dimensiones de la franja costera, sin poder detener su acción. Los habitantes del sector playero día a día son testigos de la desaparición de la arena en el balneario de El Yaque.

El monitoreo no depende sólo de la comunidad, la pérdida de arena en la zona de dominio público es una cadena de factores que se hilvanan y son estudiados por el Centro Regional de Investigación Ambiental (CRIA).
El director del Centro, Julio Rodríguez, alertó desde hace años sobre las condiciones de ese balneario del municipio Díaz. Pero, es ahora cuando la acción “natural” del medioambiente atemoriza a un colectivo que, sin tomar las medidas preventivas, “invadió” el espacio que corresponde a la playa.

Los patrones de estudio del balneario mutaron. La acción que era predecible, es ahora incierta. Para Rodríguez, uno de los factores que alteraron el ciclo natural de la playa corresponde a la interrupción de las corrientes del aire por el impacto de las construcciones, aunque de igual manera las edificaciones, dentro de los 80 metros de arena reglamentarios desde la última marea, impiden la retroalimentación de la playa, y la tala de las praderas de Thalassia, algas en el mar, impide la acción de retención de arena.

El investigador precisó que la actividad de acreción de la arena -cuando es depositada en la playa- es generada por las corrientes de aire, y al verse obstaculizadas por las casas, edificios y las estructuras en la franja costera, los áridos son transportados hacia otros lugares como la laguna, generando la estrangulación del canal de comunicación con la playa.
Si bien la pérdida o ganancia de arena es natural, la transgresión paulatina del mar en búsqueda de la costa es un signo de que esa playa se encuentra en un proceso degenerativo. De acuerdo con informes del Ministerio de Ambiente, para abril de 2011 no se habían realizado estudios de dinámica costera de la playa relacionados con el proceso de sedimentación y clima marítimo.

La vida que tiene ese balneario ha sido inducida por agentes externos, como los espigones, sin embargo, el proceso no se detiene. El investigador del CRIA lamentó que no se hayan aplicado los correctivos necesarios, porque con el estudio de costa a El Yaque se le puede dar una segunda oportunidad para que continúe manteniéndose artificialmente.

COMUNIDAD
El conocimiento de los pescadores sobre el comportamiento de El Yaque es empírico. Sin embargo, con la observación desde hace décadas, saben que la arena se transporta a otros lugares cuando no tienen trampas que las retengan.
Asdrúbal Zabala, habitante de esa zona, aseguró que ese balneario desaparecerá si las autoridades no toman decisiones acertadas.

Durante años han escuchado que los representantes del Ministerio de Ambiente estudian la dinámica costera, y aún así no hallan el mecanismo que restablezca el ecosistema. El peligro está latente.

NO MÁS CONSTRUCCIONES
Ahora la acelerada erosión es inminente. Para el ministro de Turismo, Alejandro Fleming, la realidad que atraviesa la Isla, y sobre todo las playas, data de hace varias décadas con la presencia de un turismo depredador. El objetivo es dar con el proceso que mitigue esos daños y evite su desaparición.

El titular de la cartera de Turismo afirmó que pese a que ellos no otorgan los permisos para la construcción sin el aval del Ministerio de Ambiente, debido al incremento negativo del impacto ambiental están en la obligación de no permitir más construccion

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