Decenas de miles de manifestantes tomaron las calles en Italia, Grecia, España y la República Checa en protesta por las medidas de austeridad.

En Roma, las multitudes urgieron al nuevo primer ministro, Mario Monti, a sancionar a los financieros, no a la gente común y corriente.

En Atenas, donde unas 30.000 personas salieron a marchar, la policía arrojó gases lacrimógenos en respuesta a las bombas incendiarias.

En Madrid y Barcelona, miles protestaron contra los recortes a la educación.

Y en Praga, más de 2.000 personas protestaron contra los ajustes presupestarios y la corrupción.