En general en perros y gatos las explosiones generan miedo a que les ocurra un daño. Foto archivo.
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YVKE Mundial / Agencias / Ivan Barrios

El pánico y el trauma que viven cada año los animales domésticos por los juegos artificiales o pirotécnicos, son considerados similares a los que sufren las víctimas de una guerra, advirtieron expertos en el tema.

Para el asesor de la sociedad protectora Pro-animale de Alemania, la consecuencia de las explosiones en las mascotas “es equiparable a lo que le pasa a las personas que han estado en zonas de bombardeos”.

“La gran diferencia es que los humanos podemos comprender que esos ruidos son por festejos y no traerán consecuencias dañinas”, explicó Bruno, quien estuvo a cargo del enorme refugio de perros abandonados de la ciudad turca de Ayvalik.

“En una zona de bombardeo la gente sabe que esos ruidos pueden generarle daños físicos y por tanto los sufren, como le ocurre a los animales con los estruendos en estas fechas”, destacó.

“En general en perros y gatos las explosiones generan miedo a que les ocurra un daño y si observan que luego no sucede ningún efecto dañino, muchos se habitúan y dejan de tener miedo a los estruendos”, aseguró.

Asimismo, el experto subrayó que “es importante la actitud de sus propietarios, ya que como nuestras mascotas poseen un lenguaje predominantemente gestual es más importante lo que hacemos que lo que decimos”.

En este sentido, dijo que “si durante la etapa más sensible al aprendizaje de nuestras mascotas (primeros meses de vida) y la etapa juvenil, sus dueños mantienen la calma, se quedan sentados en el jardín y no salen corriendo o hacen alboroto al oír estampidos de pirotecnia, estas van a asociar que el estímulo no debe ser tan peligroso”.

“Si no logramos este objetivo, podemos crear un estado de ansiedad primero, fobia después y finalizar con un estado de pánico generalizado”, alertó.