Amazonia Foto SPL"La deforestación en la Amazonia implica para América Latina pérdida de competitividad e inversiones".

Alejandro Litovsky es el fundador de Earth Security Initiative, una iniciativa con sede en Londres según la cual existe un nuevo escenario de riesgos financieros en la región.

La generación de energía hidroeléctrica y la exportación de productos agropecuarios –que dependen de la lluvia producida por la Amazonía- pueden verse comprometidos, según Litovsky.

"La actual cooperación militar de espacio aéreo entre Brasil y Colombia o la cooperación sudamericana para inversiones en infraestructura son ejemplos de acciones prioritarias que los Estados considerarían para combatir la deforestación, si comprendieran algo que los científicos ya entienden: que la Amazonía es un sistema crítico de producción de agua no sólo para Brasil".

Un estudio este mes en la revista Nature confirmó ese rol clave, señalando que la combinación de la deforestación, la agricultura y el cambio climático están debilitando al ecosistema amazónico, conllevando potencialmente a la pérdida de sus capacidades de retención de dióxido de carbono y generación de lluvias.

Amazonía, productora de lluvia

El científico José Marengo, experto en cambio climático del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil, INPE, explicó a BBC Mundo por qué el bosque amazónico afecta las lluvias tanto en el sur de Brasil como en Argentina, Uruguay y Paraguay.

Los vientos alisios, los que vienen desde el Océano Atlántico al continente, arrastran humedad para el interior de América del Sur tropical, o sea, la Amazonía y el noreste de Brasil, explicó Marengo a BBC Mundo.

Además de la humedad que viene del Atlántico, la vegetación amazónica también contribuye humedad a través de un proceso de evapotranspiración, como se denomina a la evaporación de los ríos unida a la transpiración de las plantas.

"En la Amazonía se juntan millones y millones de árboles que realizan fotosíntesis pero también transpiran, liberando vapor de agua", señaló el experto del INPE.

Y lo que sucede con todo ese vapor de agua es crucial. "Esta humedad es transportada por los vientos en dirección a los Andes, que la desvía hacia la región sureste de América del Sur. O sea que parte de la lluvia que se produce en la cuenca del Río de la Plata incluyendo el sur de Brasil de hecho viene de la Amazonia", explicó Marengo.

"Si no estuviera el bosque amazónico llegaría menos humedad al sur, de forma que Paraguay, Uruguay, parte de Argentina y el sur de Brasil en parte deben su lluvia a la contribución de la Amazonía".

Sistema planetario

A nivel de todo el planeta, "tenemos tres regiones que se comportan como si fuesen motores de un mismo sistema, que impulsan los vientos y la humedad alrededor del mundo: la Amazonía, el oeste de África que también tiene bosques tropicales y mucho calor, y el sudeste de Asia", señaló Marengo.