Protesta JerezEl ayuntamiento de Jerez tiene un aire majestuoso, legado de una época pasada de esplendor. Frente a él, a la sombra de los naranjos en flor, una carpa azul en la que un grupo de mujeres hace guardia desde hace más de 60 días. Es "el campamento dignidad".

Sus ocupantes, trabajadoras de la empresa de asistencia y ayuda a domicilio en el municipio (ACASA), llevan más de tres meses sin cobrar su salario.

Y no son las únicas. En una situación similar se encuentran los conductores de autobús, del alumbrado público, limpiadores, trabajadores de la televisión y las radios locales.

Jerez, en el sur de España, está asediada por las deudas y se ha convertido en un modelo a pequeña escala de la crisis que afecta a muchos pueblos españoles.

Con sólo 220.000 habitantes, es el segundo municipio del país que más adeuda a empresas. El primero es Madrid, la capital, una ciudad con una población de más de tres millones y medio.

Esther Hidalgo, una de las trabajadoras de ACASA, recibe a BBC Mundo a primera hora de la mañana ante la tienda de campaña que se ha convertido en un hogar improvisado.

"Llevamos 63 días aquí, turnándonos día y noche. Es muy duro de soportar. Estamos cansadas físicamente, pero tenemos ganas de seguir porque estamos pidiendo lo nuestro. Si nos vamos, no conseguiremos nada", señala.

Los policías que hacen guardia a las puertas del consistorio conviven con familiaridad con el campamento.

Conocen a las trabajadoras y a menudo se unen a sus conversaciones. Igual que ellas, los agentes también llevan meses sin recibir su sueldo.

Protesta diaria

Cada mañana, representantes de las empresas afectadas por los impagos recorren la ciudad de un extremo a otro. La protesta comienza en la alcaldía y se ha convertido en un ejercicio diario.

"El alumbrado público está abandonado. Lleva abandonado ya más de un año y medio. No hay inversiones, no hay materiales. Por no tener no tenemos ya ni cinta aislante. Hay calles que están a oscuras. Unas 20 o 30 calles", le dice a BBC Mundo Miguel Jiménez, trabajador de alumbrado público que en 20 años de profesión, no recuerda una situación peor.

"Cuatro meses sin cobrar. Imagínate. La hipoteca, la famosa hipoteca que tenemos por aquí todos, los niños... Hay compañeros míos que tienen a la mujer y a él sin cobrar. Por las mañanas llegamos con un humor de perros. Estamos estresados. Y así estamos todos. No vemos solución. No la vemos", afirma.

En el último año, los trabajadores del alumbrado público hicieron más de 170 días de huelga. La última dura ya más de 60 días.

El ritmo de esta procesión reivindicativa la ponen los tambores de los conductores de autobús.

"Mira, llevamos el tambor colgado del cuello con un cinturón de seguridad de autobús. Como es obligatorio… Para que no se diga", nos comenta uno de ellos con ironía.

Los vecinos se han acostumbrado a este desfile de agravios. "¿Qué te parece la procesión? Igual que la Semana Santa", dice con sorna un peatón que observa el paso de la marcha con la normalidad de quien contempla un ritual cotidiano.

"A mí me da mucha lástima. Pero claro, los entiendo. Si no cobran… Mi marido y yo, con una pensión de 700 euros también tenemos que ayudar a mis hijas, que están sin trabajo", señala una mujer mayor que carga con un carro de la compra.

13.000 facturas pendientes

A principios de marzo, el ayuntamiento de Jerez –gobernado desde octubre de 2011 por el Partido Popular, de corte conservador- presentó a Madrid casi 13.000 facturas por un importe de 325 millones de euros (unos US$427 millones). Algunas de las deudas se remontan a mitad de la década de los 90.

Desde la alcaldía aseguran que la ciudad se acogió a un nuevo plan del gobierno central para aliviar las deudas de los ayuntamientos a partir de mayo.