Laura Weffer Cifuentes
La quinta de 11 hermanos, es natural de Barinas. Estudió en la escuela con el hermano menor de Hugo Chávez, Adelis.
Eran amigos, iban a las fiestas juntos. De hecho, cuando llegaba a la ciudad el actual Presidente, que en ese tiempo era cadete, ella se escondía. No quería que la “cachara” en una falta o sin uniforme. Ahora, solo va a su terruño en navidades o en Semana Santa, aunque tiene buena parte de su familia allá.
Está consciente de que el camino que escogió es difícil, porque es mezquino con el tiempo personal.Reconoce que sus tres hijos Román (27), Sofía (22) y Biaggio (15) han tenido que hacer sacrificios. Que en algún momento le reclamaron su ausencia en las piñatas o en las reuniones escolares, pero luego de conocer y acercarse al trabajo que hace, comprendieron.
“Yo soy de la idea de que lo poco que uno le dedique a sus hijos tiene que ser tiempo de calidad”, comenta sentada detrás de su escritorio de Miraflores. En esta nueva etapa, trabaja desde las seis de la mañana hasta medianoche. Pero la disciplina militar la ayuda para aguantar el trote y las responsabilidades que le han sido encomendadas como ministra de despacho y seguimiento de la gestión de Gobierno. Sin embargo,este ritmo en la actividad no es nuevo para ella. Su hoja de vida es nutrida: fue directora de presupuesto de la Armada, directiva de Fonden, tesorera nacional, directora de Gestión Interna del Despacho de la Presidencia; Jefe de la División de Administración Financierade la Dirección de Finanzas de la Armada, Jefe de la Oficina de Programación y Control de Presupuesto de la Jefatura de Abastecimiento de la Armada
y Comandante del Pelotón Femenino en la Escuela Naval de Venezuela. Tiene además, varios posgrados en finanzas. Y aunque ahora le toca andar de civil, los martes le gusta ir uniformada a Miraflores, a pasar y ver cómo está su gente.
y Comandante del Pelotón Femenino en la Escuela Naval de Venezuela. Tiene además, varios posgrados en finanzas. Y aunque ahora le toca andar de civil, los martes le gusta ir uniformada a Miraflores, a pasar y ver cómo está su gente.
Militar institucionalista, tal como lo demostró el 4 de febrero de 1992, cuando se batió al frente de la defensa del Comando de la Armada en San Bernardino, Caracas para evitar que fuera tomada por los insurrectos, se deslinda totalmente de la política. El 11 de abril de 2002 se quedó en Miraflores. El único momento de la entrevista en que se muestra incómoda es al consultársele si pertenece al Partido Socialista Unido de Venezuela: “Yo soy militar activa”, responde. Y aclara que la deliberancia y las opiniones se las deja a los expertos.
Por ahora, lidia con problemas más terrenales. Aunque su figura ya quedó para la historia. Al preguntarle a su ayudante, un joven de apellido Barroso, si Meléndez es brava, dice con una sonrisa tímida: “Sí, pero se entiende, porque no es fácil. Es la modelo de todas las oficiales femeninas. Ella rompió todos los esquemas”.
lweffer@cadena-capriles.com
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