Por: Elianyeli Angel



“Para ser bella, hay que ver estrellas” reza un refrán popular, pero corregir las imperfecciones faciales y corporales o refinar los atributos no será un sacrificio si se acude a un experto comprometido con la sana belleza, bien sea un médico estético, esteticista, cosmiatra o cosmetólogo.

La esteticista es la mano derecha de los médicos estéticos, encargados aquellos de aplicar los tratamientos destinados a prevenir y corregir los problemas no patológicos en la piel. Su formación la obtiene en un curso de estética integral, en el que se aprenden tratamientos tópicos no abrasivos como limpieza de cutis, masajes y depilaciones.

“Durante el adiestramiento, los estudiantes reciben conocimientos de la estructura del cuerpo humano y asepsia para manejar los equipos. A la piel se le reserva una materia aparte, y se estudia su anatomía, fisiología y patologías”, explica Leida Marchand, subdirectora del Centro de formación profesional Haydee Rodríguez, con más de 30 años de trayectoria.

En la instrucción también se imparten tratamientos faciales para la hiperpigmentación, rejuvenecimiento, hidratación y reafirmación. Mientras que en el área corporal se enseña la aplicación de sulfato anti celulítico, vendas frías y térmicas, así como técnicas para modelado, reducción de medidas y la eliminación de estrías.

También el pensum contempla la enseñanza del uso de aparatos como alta frecuencia, presoterapia, vibroendermoterapia, termoterapia; ultrasonido, peeling ultrasónico, infrarrojo y brossage. La institución Haydee Rodríguez pone a disposición estos equipos para que los alumnos ensayen y puedan identificar su función, de acuerdo a la afección del paciente.

CONSTANTE FORMACIÓN
Marchand asegura que es imprescindible la práctica con clientes modelos a lo largo del curso para aplicar los conocimientos adquiridos. Por eso, uno de los requisitos principales es la presentación de un trabajo final en el que los estudiantes demuestran sus destrezas.

La legislación laboral, la ética de la profesión y las posibilidades de trabajo son otros de los tópicos que se abordan. “Al culminar, se le recomienda a las estudiantes realizar talleres de capacitación en tratamientos particulares o el curso de cosmiatría, disciplina que estudia los componentes de la piel a profundidad para realizar procesos de mayor envergadura como el maquillaje permanente”, señala la esteticista. Otra de las opciones es especializarse en cosmetología para aprender a aplicar productos de acuerdo al tipo de piel.

ATENCIÓN DE CALIDAD

Con más de 28 años en el esteticismo y una amplia variedad de cursos, diplomados, talleres, Marlene Granados afirma que la atención de calidad debe prevalecer, por eso aconseja a las esteticistas contar con excelente disposición, carisma y comunicación con el paciente. A aquellas que están incursionando en el campo laboral recomienda practicar incansablemente y solicitar pasantías en centros especializados.

Para Granados otra clave del éxito es renovarse. En la actualidad tanto ella como el personal esteticista manejan equipos de vanguardia como ultracavitación (reduce hasta 4 centímetros en una sola sesión), radiofrecuencia (ondas electromagnéticas que tensan la piel, levantan el tejido, cierran los poros y atenúan las manchas); carboxiterapia (destruye los nódulos adiposos con dióxido de carbono) y ultratherapy (produce rejuvenecimiento en un 30%). Al respecto comenta “las empresas que venden el aparato están en la obligación de explicar el uso del equipo y brindar soporte técnico”.

ÉTICA VS PIRATERÍA

Manchas, afecciones circulatorias y desfiguración son algunas de las consecuencias de someterse a un personal improvisado en materia estética. Para evitar caer en manos inescrupulosas, el paciente debe corroborar que médicos, esteticistas y el centro posean credenciales y certificaciones sanitarias vigentes. Igual de importante es no dejarse cautivar solo por los precios competitivos.

La doctora Dayana Afonso, especialista del Centro Diagnóstico Estética Láser (CDEL), asevera que un profesional de la estética comprometido “maneja adecuadamente las expectativas del paciente, de acuerdo a las posibilidades de la medicina. Los milagros no existen, hay que insistir en que solo con hábitos saludables habrá éxito en el tratamiento”.

Por su parte, la esteticista Marlene Granados enfatiza “el verdadero esteticista busca mejorar la calidad de vida de las personas, ingresar en el sector para lucrarse, es un error”. La preparación, actualización constante, así como el respeto a otros profesionales del sector y el cumplimiento de las normativas, son las premisas que deben guiar el sendero laboral de una esteticista, según Neida Marchand, quien también se desempeña como instructora en el centro Haydee Rodríguez.

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