Incorporemos a nuestro mapa de destinos un lugar con calidad escénica natural y de riqueza cultural

Así es el Delta del Orinoco, aquel lugar descubierto en el año 1500, por el navegante español Vicente Yáñez Pinzón. Este atractivo es para cualquier turista venezolano o extranjero un destino exuberante.

Incorporar un lugar de calidad escénica natural, riqueza cultural, con calles de agua y tupidas masas de selva virgen, nos permite descubrir otras dimensiones que nuestras ciudades no nos dejan apreciar. Aquí nace el río Orinoco -tejido de agua- El afluente más grande del mundo y que se hace evidente durante el recorrido por el Delta.

Esta entidad limita con los estados Monagas Sucre, Bolívar y el Océano Atlántico y la República de Guyana. Su capital, Tucupita, experimentó un auge a partir de 1933 como consecuencia de la explotación petrolera. Actualmente la ciudad cuenta con servicios administrativos, comerciales, aserraderos, refinerías, bondades turísticas y patrimoniales que querer.

Otra de los atractivos que tiene la entidad selvática, son los Waraos con 36 mil habitantes, la segunda población indígena más grande de Venezuela. Su cultura y sus vivencias ancestrales, que labran desde sus palafitos, representan la idiosincrasia de este país, privilegiado por la presencia de estos pobladores quienes despiertan en los visitantes valores y capacidades que se han perdido por la excesiva modernización.

Navegar el Delta del Orinoco es parte de las aventuras que un viajero puede percibir a primera vista. Poseedor de una flora y fauna única, que lo compara con el del río Níger, en África. El Delta del Orinoco ofrece atractivos, sólo existentes en esta parte del mundo. Hay una variada infraestructura a nivel de campamentos que ofertan paquetes turísticos para disfrutar en esta tierra virgen.

Cómo llegar
Las ciudades de Maturín y Puerto Ordaz, son las recomendadas para tomar las embarcaciones que parten del puerto Boca de Uracoa y el que está ubicado en la zona de San José de Buja. Ambos terminales conducen a los campamentos y establecimientos turísticos.

También se puede llegar vía aérea hasta la ciudad de Tucupita y al aeropuerto de tráfico privado en Pedernales. Además, está disponible la ruta comercial de San Rafael y Curiapo. Tucupita también posee un excelente puerto sobre el caño Mánamo, posadas y hoteles para pernoctar.

Experiencia y aventura desde un lugar
La opción para conocer el Delta del Orinoco, es a través de los campamentos que funcionan en la zona. Estos Prestadores de Servicios Turísticos brindan, desde sus instalaciones rústicas y cómodas un turismo cultural, ecológico y de naturaleza.

La mayoría de este tipo de hospedaje cuenta con un comedor común con tejado de palma y diferentes chocitas-dormitorio, donde están colgadas hamaca con mosquitero.
La luz, en ocasiones es limitada. Durante este viaje, el teléfono permanece guardado, por no haber cobertura en el lugar. Un motivo ideal para disponerse a vivir una aventura, apasionante, plácida y relajante.

El plan básico contempla ocupación doble, traslado en lancha, estadía, comida y excursiones que incluye; visita a la población de los Waraos y la observación de la extensa fauna y flora. Gran variedad de monos, aves, se exhiben en este recorrido, así como los bosques, manglares, flores exóticas y curiosas. El atardecer desde el rio, la puesta de sol en la selva del Orinoco es otro de los espectáculos de este fascinante viaje.

La excursión en la noche, se hace más aventurera, en busca de cocodrilos. Los guías nativos los cogen con las manos, una vez que son deslumbrados por los focos de la lancha, para su fotografía y luego ser devuelto a su habitad.

Es un viaje para compartir y aprender conocimiento. Es un viaje que te hace despertar. Como venezolanos, debemos voltear la mirada hacia el majestuoso Delta; hacia la tierra de agua, hacia la conexión fluvial.

Venezuela contribuye al desarrollo sostenible

Naciones del mundo celebraron este 27 de septiembre el Día Mundial de Turismo. Venezuela, una vez más se sumó a este evento resaltando el desarrollo de la actividad turística basado en la sostenibilidad.

El año 2017 ha sido declarado por las Naciones Unidas como Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo. Es por ello que la Organización Mundial del Turismo (OMT), elevó el lema “Turismo Sostenible como instrumento para el Desarrollo” y eligió al país Qatar, sede para la celebración del Día Mundial del Turismo, por su rica historia, cultura e impulsador del crecimiento mundial

Dos grandes eventos se llevaron a cabo en esta nación árabe que destacaron al “Turismo como motor de crecimiento económico” y “Turismo y el planeta: comprometidos con un futuro más verde”. Esta jornada movilizó a todos los grupos de interés para que trabajen juntos yhacer del turismo un catalizador de cambio positivo.

Desde el Ministerio del Poder Popular para el Turismo, se desplegó una agenda de actividades a fin de integrarse a la fiesta del turismo. Más de 3 mil 600 personas del Sistema Turístico Nacional, participaron en simposios, foros, talleres de sensibilización, saneamiento ambiental, Turismo Social y tomas culturales. Estos encuentros contribuyeron a promover la conservación de las de las bondades naturales y patrimoniales y el entendimiento entre los actores que hacen vida en el sector

Para Taleb Rifai, Secretario General de la OMT, los turistas deben aportar a que este mundo sea un lugar mejor, e impulsar el desarrollo sostenible en sus cinco pilares: Económico, Social, Ambiental, Cultural y Paz. Mientras que para la ministra Marleny Contreras, reitera que “el turismo es el petróleo que no se acaba”. “Para tener el país que queremos, debemos querer el país que tenemos”.



ARTE EN CARACAS

Gran Maternidad

En la avenida Francisco Solano se erige una escultura de bronce denominada Gran Maternidad. Esta pieza artística fue elaborada por el arquitecto venezolano Julio Maragall. Tiene una altura de 2.70 metros de altura, representa una mujer gorda sosteniendo con su mano izquierda estirada a un niño.

Las obras del escultor y arquitecto venezolano se fundamentan en el volumen y redondez. Representan a personas desnudas, principalmente mujeres, niños y caballos, que retan la gravedad, formando interesantes espacios entre una figura y otra. Están ligados a la arquitectura donde las formas curvas suavizan los ángulos del entorno.

Julio Maragall nació en Barcelona, España (1936). Fue egresado de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Cornell en los Estados Unidos; donde también cursó estudios de escultura. Su máxima influencia en esta área se debió a su padre, el reconocido escultor Ernesto Maragall. Ha dejado un importante legado, participando en numerosas exposiciones colectivas y en ferias de arte en Caracas y Estados Unidos.

Las primeras piezas escultóricas de Maragall fueron elaboradas en hierro y madera; posteriormente trabajó en fundición de bronce. Su esencia fue mantener los colores propios de los materiales que perdurarán en el tiempo; no utilizó colores en ninguna de sus obras.

Entre sus representativas esculturas se encuentran: Simón Bolívar civil (1988) ubicada al final de la avenida Bolívar de la capital caraqueña; pequeñas figuras ubicada en España como Jugando, Gimnasta, Grupo a Caballo, Madre con niño, entre otros.

Foto: Joskar Armas