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MIÉRCOLES, 10 DE AGO DE 2011. 10:08 PM
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Haití vive una situación de desastre desde hace más de un año/ Foto: Agencias

La inestabilidad política en Haití, el período de sequía de marzo y abril pasados y las amenazas ciclónicas ponen al país caribeño a un paso de la hambruna, aseguró la Coordinación Nacional de Seguridad Alimentaria.

El representante de esa institución oficial, Gary Mathieu, señaló que debido a factores políticos, sociales y naturales, dentro de pocos meses la cantidad de comida adecuada no se encontrará disponible en la nación, devastada por un terremoto en enero de 2010.

En estos momentos, la gente se encuentra en lo que llamamos una situación de fase dos: cuando es difícil encontrar alimentos, pero anterior al período de hambruna, indicó en entrevista con el diario digital HPHaití.

Pero si la etapa ciclónica afecta la producción agrícola, entonces si nos espera enfrentar ese flagelo, alertó.

Entre 14 y 19 tormentas tropicales pueden formarse en aguas del Caribe hasta noviembre próximo, cuando termina la temporada ciclónica, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.

Entre los factores climáticos que condujeron al actual panorama alimantario en Haití, el experto señaló la ausencia de lluvias, que dañaron la producción agrícola prevista para este mes y el próximo.

La sequía que tocó al país desde inicios de marzo de 2011 provocó grandes pérdidas, que influirán a su vez en la alimentación este agosto y el venidero septiembre, dijo.

Agregó además que el aumento de las tasas de inflación reportada recientemente hizo la situación más difícil para los haitianos.

La política tampoco facilita la situación, después de las elecciones de marzo anterior algunos ministerios no desembolsan el dinero y los inversores están en una situación de espera, criticó.

Haití vive una situación de desastre desde hace más de un año, cuando el sismo provocó más de 300 mil muertos y dos millones de damnificados, de los cuales más de 630 mil residen aún en campamentos de lona.

Sufre además una epidemia de cólera que cobró ya casi seis mil vidas y la Organización Panamericana de la Salud estima que el número puede aumentar debido a la temporada de lluvias.